Ni imploro tu perdon, ni te perdono.
Tarde se hizo el dia que repartian
la fé ciega y el ciego amor
tus señores vestidos de señoras,
tus ministros persiguiendo señoras
y tus señoras persignadas
que abrian braguetas a la sombra.
Tarde se hizo la noche del arrepentimiento,
cuando quisiste llegar a negar tu existencia
no pude yo olvidarme de tus falacias.
Tarde es ya, para buscar un sendero
bajo las luces, sigo en mi camino absurdo
y tu has, como si no hubiera nacido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario