domingo, 11 de enero de 2015

Cómo se supone que suponga

A veces me pregunto por qué es tan difícil seguir el camino correcto, los pasos sencillos, la vida segura.
Despertar temprano, trabajar duro, comer sano, hacer ejercicio, visitar a la familia y decir que sí con una sonrisa, alimentar al puto perro, regar el jardín, hacer al aseo y mirar por la tarde una película donde el bueno siempre gane.
Soñar con las nubes que le buscan forma a las personas, nadar cual salmón buscando encontrarse a uno mismo en el final del mar helado, ser un oso que se contenta con su barriga cada invierno.
Pero no se cómo, y no es valido cuestionar la existencia solo cuando el cuerpo esta jodido después de tanto abuso, al borde del colapso nervioso, del infarto prematuro, de un derrame cerebral... Será que me hago viejo y todos los días me asusto un poco.
A una mínima escala, la que otorga el tiempo y el espacio a la velocidad de un derechazo con guante blanco, me rompiste el corazón otra vez. Y como siempre creo que hice algo mal, pero esta vez no sé que fue.
Perdón. Pero yo también quisiera olvidarme de ti. Perdón, pero ya no se hablar ni entender las metáforas.