miércoles, 25 de agosto de 2010

Las hay peores

Hay cosas peores, que la indulgencia del rebaño

y no es la sangre del cordero ni la arenga del pastor

no es la comuna servil e instintiva que sigue las huellas

de los demás

lo peor es la oveja mirando el árido pastizal

la grisácea o parda, nunca negra

que mira el horizonte, sorda a las preguntas

hay cosas peores que tú y yo amor mío

los hay quienes se acostumbran, los que se soportan

hay cosas peores que esta ciudad envilecida en su tristeza

las hay ciudades alegres y coloridas obstinadas

por creerse la mentira

hay hombres que navegan entre la bondad y lo perverso

sin decantarse por delante de ningún bando

los que mantienen el estatus quo

los que luchan por la permanencia de la rutina

hay cosas peores que no agotarse o extenuarse hasta la muerte

los hay quienes sobreviven, que sobrepasan, que sobrellevan

los hay que no escriben poesía ni hablan mierda

los que están aferrados al hipotálamo del gigante

subsistiendo de las migajas o de las voces corrientes

los hay que no se rinden pero nunca luchan.


Hay cosas peores que una tarde oscura y tendenciosa

hay ocasos en que el tiempo transcurre pausadamente.

Hay veces que la libertad te reprime.

Ahora la represión es políticamente incorrecta

lo que esta en boga es la tolerancia

aunque en realidad nadie se tolera.

Hay celdas cuyo inquilino encadenado

insiste en compararla con su más lógico sueño.

La cárcel esta marchita por la luz,

entra el aire y sale humo por la boca del condenado,

es un lugar apacible, mejor que ningún otro

hecho a imagen y semejanza de nuestra perversión.