viernes, 31 de diciembre de 2010

Carcajada

Veo mal o veo imposibles, pero nunca miro más allá de la pared.

La certeza, estoy seguro, es una incognita mal formulada.

No hago alquimia con la realidad, pero tampoco puedes contarme

tenlo claro, entre los facinerosos de la fantasía.

Mi sombra se esta burlando, con picara algarabía


Estoy planeando cruzar su estúpida sonrisa con un derechazo.

No me molesta la explosión insulsa que desbarata sus quijadas

y casi envidio como se dobla por la mitad

queriendo contener desde el ombligo lo que le esta saliendo por la boca

tampoco temo su escudo plano

con todo y que Newton con su segunda ley me diga que no debo

lo que quiero y puedo sí deseo

lo que me detiene es que ya comienzo a sospechar

que desde la misma entraña un eco reverbera

y esta aguardando en la punta de mi lengua

que yo le siga al coro a esa sombra payasesca

y juntos organicemos una carcajada bestial

en fin, que si hay que tomar deliberadamente un camino equivocado

yo prefiero el consejo de figuras casi esquizofrénicas, casi imaginarias.

No logro comprender al mundo ni empatizar con sus simpáticos habitantes

pero, por dios y el diablo, que me puedo reír de ti.

Ja... ya esta, en tu cara humanidad estúpida.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Lo que pienso de ti

Dispongo de tres minutos para decirte lo que pienso de ti

el tren partirá a la hora convenida y va cargado de fantasmas

aunque no tengo boleto ya tengo una cuerda para atarme a su cola

iré más allá de las colinas allá donde un gobernador ha derrocado a su pueblo

donde tenemos la libertad de elegir nuestra propia esclavitud

un hombre debe tener potestad sobre su perdición

Quiero viajar por donde el amor rezuma odio por las orejas

donde la pasión es un copo de nieve derretido

tal vez aprenda a cuestionar mis seguridades

tal vez defienda el derecho de acierto que tienen todos las voces autorizadas

cansadas, cada una y sin excepciones, a fracasar en su intento de esclarecer el panorama

tal vez escriba para recordar tu suave aliento perfumado

y luego tire la carta a la basura o la remita al paraíso de los pulmones marchitados

perdona, se me ha ido el tiempo, ahora debo irme

pero te escribiré otro día para no contarte lo que pienso de ti.

martes, 28 de diciembre de 2010

Consultando al Dr. D'Lirio

3


Le explicaba al psiquiatra, con amargura

que estoy pasando por una fase de bloqueo

él no sabía que yo era escritor

el problema, conteste, es que esto me ocurre desde la primera vez que intente escribir

así que, obviamente, nunca he escrito nada

la táctica fallo y como siempre el locologo no me dio las pastillas requeridas

pero se quedo con mi dinero.

Esta relación no es equitativa,

le he propuesto que acudamos a una terapia de pareja

pero el mamón me ha cerrado la puerta en las narices.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Dr. D.Lirio

2

Era la dueña de todas mis penas

aunque se me iba como agua entre los ojos

hoy estoy mejor, gracias, he sacado la cuenca de mis ojos

así y no al contrario

¿cree que estoy curado doctor?

creo que esta deshidratado.

viernes, 24 de diciembre de 2010

i don't need no love, i need pills... or a shotgun

Estaba pensando en zombis, lo admito y no me avergüenza. Fríos dientes podridos hundiéndose en las fantasías mas retorcidas de escritores limitados cuando tropecé con la pluma moribunda de los enamorados. Y aunque resultase fácil la analogía pretendo evitarla. No soy un pensador facilongo. No señor apache, me gustan las flechas que siguen trayectoria curva.

Retorcerme las neuronas por la mera esperanza de un día encontrarlas enderezadas. O aderezadas entrelazadas. Quizá cercenadas, ya estando corto de paralelismos.

Los miro, oh dios los miro, convulsionándose entre las sabanas de su amor civilizado y salvaje, impregnando el mundo con los torrentes de pasión y deseo, de fe y certeza enrolladas como serpientes. Acercando los imposibles al limite del presente. Ya digo, como maniacos obsesos de la heroína. Y ya no entiendo que es lo que se ama, si a la persona, al hueco largamente acariciado en el lado oscuro de la alcoba por fin ocupado, o tal vez a todo aquello que se ha perdido entre un beso y una palabra.

El amor es una descompensación de traumas. Tenlo presente la próxima vez que te suicides. Pero el tiempo justiciero, ese tirano psicópata. Suele lanzar de bruces los deseos mas inocentes, les humilla, les ahoga, les entierra. Y vienen entonces las palabras del corazón en desahucio, acompañadas por una nobleza de espíritu, solo capaz en el corazón de los que logran amar con todas sus células. Porque entonces, aprecian la desdicha con la misma intensidad que alguna vez abrazaron la cursilería. Y se crucifican a si mismos, tratando de no herirse las pestañas. Resumiendo en palabras coherentes: parece que el amor redobla su intensidad cuando se encuentra ausente. Que hijo de puta.

El asesino más despiadado es el que te mantiene vivo. Y justamente las sensaciones intensas es lo que tienen en pie (aunque tambaleante) el centro equilibrista de la humanidad. Si no fuese por el dolor todo se desmoronaría. Es lo que te mantiene alerta aunque tengas los ojos destrozados por la humedad.

Los miro, los leo, y ya no se que es lo que aman. Si el corazón pulsando exacerbado, el corriente sanguíneo acelerado, el cerebro embotado por la droga que se auto impone. El primitivo sentido de expulsar ese elemento disidente que altera la psique. O tal vez, lo que miran en los ojos de aquel ser que aman. No lo tengo claro, aunque no tengo claras muchas cosas. Menos del amor del que no se nada, no se mucho de muchas cosas tampoco. Habría que salir a investigar, pero los zombis asediando mi puerta no me dejan ganas investigadoras.

Necesito una escopeta le digo al doctor. Pero el doctor dice que lo que necesito son pastillas. A ver cuando viene y se las ofrece con un vaso de agua el muy imbécil.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Engañado

Quien te haya dicho que tu opinión es importante

te ha mentido.

Esto es el mundo, así y ahora

tal como lo concebimos.

Sin sentido.

Si en el escritorio de dios no hay solicitudes

ni aclaratorias

de las estrellas que permanecen esperando la muerte

abrazadas al frio de su corazón ardiendo

¿quién habría de responder tus demandas?

El espejo. Anda, sé bueno

ve a decirle a tu reflejo lo que piensas.

sábado, 18 de diciembre de 2010

brevedades

2

La violencia regentea ahora el mundo, pero la estupidez siempre ha tenido su corazón.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Divagaciónes de un centinela

Debo estar de pie y atento, al pie del cañón, o mejor al pie de la puerta, que escupe menos fuego. Excepto que sea profundo y natural. En ese caso atragantará menos. Los cañones con sus bocas de muerte que se tragan suicidas cuando son pequeños a todos nos vuelven homicidas. Pero al menor descuido y resbalón mira tú que deshecho te volverás.

¿Hablo de cañones de bala o de piedra? Dime tú, que yo me he perdido.

Pero basta de palabrerías, heme aquí, de centinela. Que la piedra no se mueva, que dios no se nos fugue esta vez, que la ultima tal fue el socavón que crecieron curas en los paisajes y el patrón se tardo dos milenios en volver, sin dejarse ver, de parranda con el olvido.

Hoy esta aquí, enterrado, haciéndose el muerto como si tal cosa uno la pudiera olvidar. Hemos aprendido, si señor, le hemos encerrado y no vera la luz; Ya nadie quiere tocar la llaga, porque de alguna manera, todos están convencidos, aunque no lo acepten.

Las palomas están atadas al pico de los cuervos, se avecina una tormenta así que esta vez no habrá nubes voladoras que le permitan fugarse por los aires. Hasta que nos resuelva una favorable condescendiente y consecuente indemnización. Por lo menos, teniendo criterio, siendo responsables y coherentes una explicación.

Pero nada menos que eso, ahora semos nosotros los inexpugnables.

domingo, 12 de diciembre de 2010

brevedades

1

Quieres hablar de igualdad, dota a cada hombre mujer y niño del planeta con una bomba nuclear. Mira lo que ocurre y entonces, estaremos listos para hablar de tolerancia. De la libertad, ni preguntes, no te gustará.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Caracoles

Despierto a las 3:34, y recuerdo cuando esa era la señal para ponerme a escribir. Invocar a las brujas y dejar que bailaran en mis retinas y mis sudores. Pero ahora ya no pienso en brujas, pienso en putas. Tengo los sueños cargados de una sustancia viscosa que solo atino a describir como urgencia. La urgencia de hacer algo con mis manos, por lo menos acariciar una bruja o asesinar a una puta. Pero en este paramo oscuro no hay putas, ni brujas ya estando en ello. Solo quedan las sabanas húmedas y un recuerdo de madrugadas largas con olor a madera y tabaco, alguna sonrisa, quizá una voz. Hoy sólo queda aserrín y cenizas.

¿Fue un sueño o me lo he inventado? A veces despertar es tan surrealista como construirse un sueño psicotrópico. Dormir es el arte de escapar, a un lugar donde cada cosa es puesta en su sitio correspondiente. Y la locura se parece tanto.

Así que sueño con caracoles, los adivino en las sombras, otorgándole figuras esquizoides de ojos saltones y labios rojos, corazas de cuero y zapatillas de punta en sus patitas babosas…. Corto y sigo, ya digo, caracoles. Resbalando siempre a la cima del destino. ¿Cómo resbalas a una cima? Entregándote al destino, dejando que los hilos de dios te muevan. Caracoles, estoy enloqueciendo.

A estas madrugadas les he robado la poesía, incluso la verborrea. Ahora esta llena de ojos. Una madrugada infestada de miradas asesinas, de pupilas destiladas. De silencios vergonzosos. Y claro, de saliva en las almohadas. Tengo la noche tatuada de ojos.

Están los ojos del payaso en el reflejo que ya no me divierte; de los duendes que nunca cruzan el puente pues le temen al brillo del abismo. Los ojos de fantasmas bienvenidos, en el archipiélago de musas; los ojos del destino, de la fatalidad, del desvarío; los ojos inquisidores, insidiosos, insensatos e insensibles; los facinerosos fantásticos funambulescos; los que se despiden del mañana y el pasado; también llegaron, como no, los ojos del desatino; ojos sin poesía, miradas asesinas sin tiempo ni verbo. Los ojos del adverbio moribundo. Los ojos del abuso del adjetivo. Son gratis, quien me los va a cobrar.

Resumiendo, y con la conciencia clara de que pude haber empezado por ahí antes de vomitar tantas incoherencias. Estas madrugadas, ya sólo son señal de urgencia. Y caracoles, que resbalan, resbalan, resbalan.