
La segunda caida sobre el colchon roido
siempre fue menos doloroso
que un triple mortal al frente
desde la esquina del amor.
Cómo extraño cuando era pequeño?
honestamente no, pero a veces
me pregunto, cómo es que olvide vivir.
Sabia, sabia que no debi jugarme la mascara vs cabellera
frente a ese iconoclasta (o sera iconoplasta?)
que un dia me encontre en el espejo.
4 comentarios:
Para la proxima le enseño unas llaves infalibles o en su caso una pomada para esos moretones.
Un abrazo quebrador.
empecemos con la hurracarana
:P
Igual hubiera cargado la llave estilson o la española nunca fallan... :))
andas, o un martillo de una vex :O)
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