lunes, 24 de octubre de 2005

Alter EGOS

Salgo a la calle luciendo mis personajes,
el anacoreta que se receta la muerte,
el suicida que no encuentra insecticida,
el chaman que perdio la fe,
el poeta que deslucio su talento,
el martir que de amor no se muere
pero se mata por unos labios,
el revolucionario que se guardo lo que pensaba,
el intelectual que no aprendio a sumar soledades,
el filosofo que mira caricaturas,
el casto que busca pornografia,
el pervertido que se arrepiente de sus planes perversos,
el cantante desafinado,
el maricon sin closet,
el cura ni de broma, policia por error,
el amante cavernario enamorado,
el sucedaneo de humano,
el vampiro vegetariano,
el borracho conocido, alcoholico anonimo,
el que escribe lo que se calla,
el que calla lo que piensa,
el que piensa lo que no hace,
el que hace lo que marca el instinto,
el chofer del tren que va a ninguna parte,
el que llora por las medias que no quita,
el que quita pantaletas y encuentra misterios,
el que es una mordida en tu boca,
arañazo en tu espalda, memoria en tus secretos.

Y ninguno llevaba para el taxi.

Lloramos a chorros a las afueras de un burdel,
nos reimos del espejo, nos encontramos con
la imagen del canalla que siempre nos lleva
separados y amarrados a una duda.

Cuando regrese, luego de visitar las memorias
descubri, que una vez mas, olvide sacar del amario
al personaje aquel que sonreia.

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