sábado, 15 de octubre de 2005

Laberintos

Enciendo un cigarrilo y apago el ruido,
tomo los versos de rehenes y le declaro la guerra
al hastio...
me lio con lo mismo, me envuelvo conmigo.

Prefijos
sufijos
conjunciones
articulos
y una dosis de sinceridad.

Ni me muero de amor, ni mato por celos.
El lienzo blanco de mi hoja electronica, puto com,
ya aprendio a darme guerra solo las noches suficientes
mientras llega la espera y termina el olvido.

Hoy, como cada sabado sin gloria,
termino el dia escribiendo de mi, y pensando en ti.

¿Reincidencia? es posible sargento,
solo mientras encuentro el nuevo mundo.

Ese que nace de las rodillas dobladas de esa mujer
y muere en el apocalipsis de su ombligo.

¿Pero que cosas dices?
nada importante, señor juez,
solo hago las paces con mi delirio.

Mientras describo lo que circula en mi craneo
y le entrego el alma al sufijo de las pelvis
que llueven sal sobre las sabanas de aquellas
misioneras voluntarias del placer y la lujuria.

¿Sin dosis de amor?
Solo si hace falta para no morirse de frio.

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