miércoles, 8 de junio de 2005

Revelación

III

(Revelación)

El escribano de las descepiones se sintio "feliz" (quiza solo se SINTIO). Cuando a su buzon llego la notificacion de una casa editorial que por pimera vez aceptaba publicarle un libro, luego de tantas batallas contra su redaccion, de elabrorar su mensaje y adornarlo con "realidad", de tantos insomnios fumandose la tristeza para aligerar la carga de vivir. Finalmente alguien decidio tenderle una mano y treparlo a la tarima de los que tienen algo que decir.

La conferencia, magnifica, buen vino, buena charla, todo el mundo maravillado de su portentosa capacidad para desnudar la amargura y la depresion de una sociedad tan abatida por la amargura y la depresion. "Es realmente maravilloso entrar en tu mundo claroscuro" le dijo alguna reportera rubia de gafas metalicas. Todos ahi le decian "es que tu, realmente eres un buen poeta"... -solo poeta- decia el, mientras reia timidamente. Los halagos y las preguntas tecnicas, los cuestionamientos y las comparaciones, las fotografias y el pequeño cheque (signo de la primera edicion) se sucedieron como lluvia en pleno desierto. Nunca antes habia sentido que la literatura pudiera llegar a darle relevancia alguna a su existencia.

Cuando cayo la noche y cansado pudo entrar en su casa, comenzo a leer sus encriptados e imprimidos poemas, uno tras otro, sin cuartel, sin fumar siquiera, de arriba a abajo, al derecho y al revez, nadie como el ha vuelto a leer ese libro con tanto interes y tan sagaz actitud analitica.

Luego fue por su mujer, la recogio en sus brazos y la llevo al auto, ella frotandose los ojos le pregunto -a dónde vamos, cariño?-

-A vivir, reina, solo a vivir, Pero a vivir de verdad.

Y la ciudad realmente no se dio cuenta cuando fue que perdio a un escribano de las descepciones para no verlo nunca mas. Pero nunca de verdad

2 comentarios:

eyrenne dijo...

Una vez leí un cuento corto parecido a este microrelato, pero por mas que torturo la mente no recuerdo al autor, el título era algo asi como "El joven del clavel rojo" .

Pero me gusta mas leerlo a usted.

S.S. dijo...

ohs, favor que uste me hace