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miércoles, 27 de enero de 2010

¡Ah! ya recuerdo

Hoy que aglutiné mi exasperación contra el mundo
y que el mundo reventó en cólera contra mi resignación
quise regresar a casa
y contarte entre risas
como colisiono mi absurdidad con el equinoccio

Pero ya no estabas ahí, ¿Dónde andarás?

Luego recorde
estas con él
discutiendo si el nuevo perro debe llamarse cachirulo
o si las cortinas van bien con las macetas.

No sé de donde vengan estos ataques de amnesia.
Supongo que son las mismas que me ayudan
a sobrellevar la ausencia al despertar.

lunes, 12 de enero de 2009

a lousy place

Cuando me muevo por la ciudad, lo hago con lentitud, agazapandome entre los cuadros vivientes, preferentemente al crepúsculo. Antes que todos los gatos sean pardos. Mucho después de que el sol presuma su señorío. Cuando voy buscando algo, voy buscando un trozo de carne que llevarme a la boca, aunque me cuesten los ojos y la mitad del hígado. Cuando siento mi sangre circular por la cabeza, siento la mirada de mujeres que cruzan delante de mi, sé que el brillo en su mirada es sólo curiosidad. De cualquier forma nunca me acerco, no del todo, soy tímido y torpe con las palabras. Soy feo por fuera pero más horrible por dentro. Y a menudo no sé fingir demasiado, caso perdido en cuestión de galanterías.

Ella estaba en un callejón cuando la vi, sonriendole al cielo con su dedo medio erecto con orgullo, me mostró su hombro desnudo y dijo algo que no entendí, luego guiño un ojo y de la mano me llevo hacia aquel hotel desvencijado, extraviado en el tiempo. Puedo jurar que era el hotel más horrible del mundo, pero nunca juro en vano. Sus pasillos gigantes y marmóleos te podrían aplastar si los provocaras un poco, las puertas que crujen son solo fantasmas silentes. Por ahí hay gente, que pasa deprisa esperando olvidar el camino de retorno. El espectáculo entero es una obra siniestra orquestada por la muerte, es una senda al paredón, casi escucho la marcha de los soldados alistando sus fusiles. Si hubiese una salida, yo no la tomaría.

Nos escurrimos sin hacer ruido entre dos viejos que dormitaban mirando televisión. Entramos a ese cuarto y el aspecto no mejoro demasiado, ese era un lupanar verdaderamente solitario, la cama al fondo me hizo pensar en un lobo hambriento que abre sus fauces, las ventanas eran como los ojos de las prostitutas consumidas por la cocaína, si pudiera hablar -ese sitio- seguro diría: ¡fóllame!

¿Has sentido un aroma pesado entrando por tus poros como si un toro estuviera rumiando frente a tu cara? Así era el aire ahí, con olor a humedad (parecía el sitio propicio para cualquier desperdicio). Inundamos el ambiente con sudor, enmohecimos las paredes, enrarecimos las ventanas, ella uso las almohadas de bastión y en la guerra que se libra entre dos cuerpos, el placer fue el único vencedor.

Por fuera el mundo se fue a dormir temprano, se acomodo la pijama y saludando a la luna coscolina, comenzó a roncar hasta morirse de asfixia, se quedo solo y podrido de pronto. Adentro pintamos las paredes de sangre, de saliva. Yo dibuje un corazón en su vagina mientras me movía dentro, se baño con mi semen, me uso como un muñeco, como un pedazo de carne, como un juguete olvidado que de pronto encuentras bajo la cama y lo usas un rato, más por nostalgia que por otra cosa. No recuerdo que sucedió después, quizá el aire se volvió turbio, quizá sea mi mente apostándole a la vergüenza y nada más. Solo sentí su beso transparente y sus labios humedecidos. No me importo saber más de mí. Ni de nadie.
No mal interpretes, a mi nunca me faltó amor. Ese amor que dura un suspiro, ese amor verdadero que no necesita palabras, ese amor que te llena la verga de sangre y las venas de aire, ese amor que te sacas a empujones, que transpiras y que a la mañana siguiente olvidas. No iba buscando eso. Tampoco iba buscándola a ella. Ella fue quien me encontró, me secuestro, usurpo mi cuerpo e hizo de mis sentidos un contrasentido prescrito por la demencia.

Al amanecer ese monstruo conspicuo de belleza negra seguía allí, respirando fuerte, recostada boca abajo, con aquella sábana manchada cubriendo su cintura y un poco mas. La acaricie, le dije: "que bueno haberte encontrado"; y lo dije porque sabia que no me escuchaba. Con el dedo índice trace un camino de su nuca a sus glúteos, lamí su espalda una vez y otra mas. Cuando puse la mano izquierda entre sus muslos ella se movió y me miro fijo.

En verdad qué este es el hotel mas horrible del mundo, dijo.

-Si, pero ¿sabes? Ahora mismo no querría estar en ningún otro lugar- No, no lo sabes y mejor que no te enteres nunca, pensé.

En verdad lo es... Mañana viernes nos mudamos de planeta, conteste.

martes, 16 de diciembre de 2008

azul palido tirando a gris

Hay algo extraño en mis paredes que no logro descifrar. Pueden ser un cubo de agua que me contiene; Pueden ser un cubo de basura que me guarda; Pueden ser un torbellino que paso sin ser visto. Pueden ser solo mis ojos y alguna etapa extraña de la depresion, quiza sin haberlo notado, mis paredes son rosas. Mis ventanas ruidosas tamizan lucecitas amarillentas pero yo no dejo entrar el aire, no lo dejo. Mi cama lejana guarda muy pocas cosas salvo saliva y algo de semen, ningún cabello de mujer.

Si en algo soy estricto es en la higiene de mis almohadas.

-Aquí no pasa nunca nada- dijo Marisa, y ella tampoco paso mas allá del limite de mis paredes.
-Aquí se murió un gato- dijo Leo y luego maullo dolorido.
-Esto parece un muladar- dijo Dios y luego me ayudo a ordenar.

Anoche vino alguien que recojió mi ropa tirada, levanto los papeles, paso la escoba y un trapeador, abrió las ventanas y la luz se abrió paso como un misil, el viento se coló indiscreto y me entumió los dedos de la mano.

Hoy mi habitación esta mejor, gracias. Mis paredes azules siguen siendo un misterio sin resolver, comienzo a sospechar que lo que desecho y dejo pasar; que lo prohibido y lo permitido, tras mis cinco paredes -porque son cinco- son un compendio inequívoco de frustración. Comienzo a sospechar que a mis paredes le falta algo, quizá alguien, pero tal vez solo sea otro color.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Especies

El se pregunta qué es, quién es, de dónde ha venido, y si llego por qué se quedo.

El se encierra en su alcoba siempre que hay ruido. Y las ciudades, ya se sabe, nunca se callan hasta que son aplastadas por el eco de un grito divino explosivo. Y el huye hacia su habitacion. Con las paredes vacias y el espantoso silencio que le cubre, cierra los ojos y se pierde dentro de un lugar, un lugar lejano y olvidado, del que siempre vuelve con miedo, con las manos sangrando, con polvo en sus zapatos, y con un vacio en el estomago que facilmente podria ser adjetivado como miedo. Pero el miedo es un sentimiento, y los sentimientos son de hombres, eso va mejor, el es un hombre que siente frio y miedo; ya lo dice el diccionario enciclopedico en su pagina 822:

"animal racional clasificado desde el punto de vista zoologico como mamifero del orden de los primates, suborden de los antropoides, en general."

¡Caray! sólo es un chango con alto rango.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Ex-hombre

Cuando entre a ese baño publico, lo primero que vi fue esa mancha oscura debajo del urinal. Al poco rato me di cuenta que era un hombre, sentado y con los pies cruzados, haciendo sabe dios que cosas. Mientras orinaba lo unico que pense fue en cuidar mi espalda por si al imbecil se le ocurria hacer alguna rareza y la rareza ocurrio, por el suelo vi como una mancha de orines se hacia mas grande y lo unico que atine fue retirar mi zapato de ahi. "Donde me manches cabron, donde me manches", pense. Me asuste un poco cuando lo senti pasar detras mio. Pero me asombro mas el descubrir que no se podia levantar y apoyado con sus dos manos se arrastraba hacia el sanitario de junto, "pa mayor privacidad" supongo.

Termine de hacer lo mio y sali de ahi sin darle mayor importancia al asunto, al poco rato el ulular de las sirenas me volvio a sorprender, pero solo entraron para sacar de ahi un bulto bajo la sabana que comenzaba a dibujar una espesa silueta de sangre. El ex-hombre en cuestion, que si alguna vez camino y fue capaz de no causar esa mezcla de repugnancia y sorpresa aderezadas con lastima, habia logrado subir a la taza del baño (no se como se llamen esas cosas donde uno envia faxes importantes) para de ahi lanzarse con toda la fuerza que disponia y estrellar su nuca contra el suelo. Al parecer el primer intento solo lo desmayo un poco, pero al segundo logro comprar su boleto para ese lugar donde los hombres se convierten en algo mas que solo un saco de tristezas.

No se nada de su vida, de sus pensamientos, ni siquiera conoci su mirada. Hacer conjeturas seria ofender su determinacion y amargura. Pero estoy seguro, que en algun lugar, en otro baño publico quiza, hay alguien capaz de ver una mancha de carne arrastrandose por el suelo y tan siquiera preguntar: ¿te puedo ayudar en algo camarada? De no ser asi, no entiendo como el mundo sigue en pie.

jueves, 30 de octubre de 2008

Es cosa de vocaciones y ocupaciones

El cruza por la cerradura de esa galaxia privada a donde escapa siempre que hay frio. Y afuera no ha parado de llover. Tiene musas colgadas de las paredes, con un nombre escrito en sangre y un alfiler sosteniendo a cada una.

A veces baja una estrella de su galaxia privada, y la acaricia entre sus manos, mientras trata de dibujar su esencia en una hoja de agua. Pero las estrellas se hacen polvo y escurren por sus dedos, desaparecen y ya solo son rastros y restos que ensucian el vacio que el pisa.

Cada vez que una se desvanece alza las manos para tomar otra, algunas ocasiones, alguna de sus musas le ayudan a escojer la estrella indicada, y se la pone en las manos, le prende fuego pero no le quema. La hace brillar un rato entre sus dedos y le besa la frente. Cuando la musa se aparta y vuelve a su lugar, la estrella en sus manos se convierte otra vez en polvo, y queda solo una mancha sobre la hoja que se escurre y deforma. Siente ansiedad por cada estrella que muere en sus manos.

Luego, se hace invisible, mira su cuerpo desaparecer y su materia hacerse aire. Escucha los murmullos de las musas que lo arruyan mientras el cae lentamente hacia el abismo, y se precipita contra el suelo, las musas callan. El regresa la mirada a su galaxia inventada, y mientras pedazos de vidrio acarician su rostro vuelve a desvanecer y caer hasta que pierde la total conciencia de su estado.

Entonces mira los restos de estrellas, la esencia que dibujo en la hoja de agua y quisiera llamarle poesia, pero eso no es poesia... ya lo dice el libro de poemas en su segundo parrafo:

"la poesia es una melodia simbolica de los objetos y el universo. La belleza metrica y sostenida de un suspiro divino, la poesia es belleza... belleza y simbolos"

La poesia no son restos de una estrella, no son cenizas de galaxias, eso que el dibuja no son poesias, y el no es poeta... el es astronauta. Solo eso.

martes, 28 de octubre de 2008

Juego de manos

Mientras una gota de agua me besaba el rostro y el humo me enrrojecia los ojos, paseaba un hielo por mi cuello como para aminorar el incendito. Un escoces en las rocas es la mejor manera de decir adios, pense. Y Frank Zappa llorando desde el modular me decia que ya pronto llegaria mi turno.


Las miradas clavadas en los ojos del destino. El destino con sus labios de plomo enunciando nombres al aire, y tres idiotas esperando escuchar su turno de pase al infierno.

Tras un golpe seco y ensordecedor me entero que ha caido el primero, y yo no puedo sentir simpatia por el, no puedo sentir nada por su cuerpo destrozado, ni su sangre en mis gafas me permite lamentarme por su muerte. Para mi solo es una bola de carne que alguien vino y lanzo a mis pies. Yo no soy como el, no puedo ser como el, su destino no es el mio, si estoy en el mismo sitio, solo es una treta mas del infortunio.

¿Es Frank Zappa?" pregunto como para romper el hielo.

"el mismo, de su disco Overnite Sensation" me contesta friamente y luego empuja hacia el piso aquel cuerpo que desde la muerte me invita a viajar con el.

Claro, a Zappa yo lo conozco, -pienso mientras tanto- El revolver esta en mi mano, el azar me mira despectivo desde la nada, la muerte me guiñe los ojos y se levanta la falda.

miércoles, 8 de junio de 2005

Revelación

III

(Revelación)

El escribano de las descepiones se sintio "feliz" (quiza solo se SINTIO). Cuando a su buzon llego la notificacion de una casa editorial que por pimera vez aceptaba publicarle un libro, luego de tantas batallas contra su redaccion, de elabrorar su mensaje y adornarlo con "realidad", de tantos insomnios fumandose la tristeza para aligerar la carga de vivir. Finalmente alguien decidio tenderle una mano y treparlo a la tarima de los que tienen algo que decir.

La conferencia, magnifica, buen vino, buena charla, todo el mundo maravillado de su portentosa capacidad para desnudar la amargura y la depresion de una sociedad tan abatida por la amargura y la depresion. "Es realmente maravilloso entrar en tu mundo claroscuro" le dijo alguna reportera rubia de gafas metalicas. Todos ahi le decian "es que tu, realmente eres un buen poeta"... -solo poeta- decia el, mientras reia timidamente. Los halagos y las preguntas tecnicas, los cuestionamientos y las comparaciones, las fotografias y el pequeño cheque (signo de la primera edicion) se sucedieron como lluvia en pleno desierto. Nunca antes habia sentido que la literatura pudiera llegar a darle relevancia alguna a su existencia.

Cuando cayo la noche y cansado pudo entrar en su casa, comenzo a leer sus encriptados e imprimidos poemas, uno tras otro, sin cuartel, sin fumar siquiera, de arriba a abajo, al derecho y al revez, nadie como el ha vuelto a leer ese libro con tanto interes y tan sagaz actitud analitica.

Luego fue por su mujer, la recogio en sus brazos y la llevo al auto, ella frotandose los ojos le pregunto -a dónde vamos, cariño?-

-A vivir, reina, solo a vivir, Pero a vivir de verdad.

Y la ciudad realmente no se dio cuenta cuando fue que perdio a un escribano de las descepciones para no verlo nunca mas. Pero nunca de verdad