viernes, 20 de mayo de 2005

Requiem por una renuncia

Aquellas heridas que subestime, las que no parecieron importantes, crecieron en mi pecho, como un cancer, como una marca que si me desnudo se descubre... decenas y cientos, quiza miles de arañazos que olvide. Quedaron todas guardadas en el cajon de lo imposible, bajo la atalaya de mi indiferencia... difusa perspectiva donde confundi barcos con sirenas gigantes de coros infernales. Pero la mierda estallo y me devoro, rebaso mis espectativas. Decenas y cientos, quiza miles de sirenas gigantes pasaron de largo sin adivinar mis gritos desesperados disfrazados de centellas.

Aquellos proyectos que subestime, los que no fueron trascedentales cuando se tornaron complicados, estigmas de renuncia en mis heridas, heridas de renuncias impercetibles... decenas y cientos, quiza miles de metas que no alcanze. Quedaron todas ancladas sobre las bases de mi perspetiva, siempre he mirado mas alla de lo que alcanzo a ver. Siempre voy un paso adelante del propio fracaso, alejando instintivamente de alcanzar el triunfo. Decenas y cientos, quiza miles de fracasos que no goze, voy buscando el final sin cruzar aun ningun inicio.

Aquellos poemas que subestime, quedaron enterrados bajo mi almohada, como cadaveres del insomnio que se aferran a las faldas de mi memoria. Murieron de silencio entre las lagrimas que corren por mi rostro cada noche que me tiendo sin lograr plasmar ningun verso. Como si fueran pena, como si fuera dicha, como fantasias que no me han cumplido, como el pudor de mis pecados. Decenas y cientos, quiza miles de palabras que queme entre la modorra y el letargo profundo. Pudieron ser las palabras precisas para escapar de aqui, para arrancarme de la miseria. Decenas y cientos, quiza miles de caricias que desprecie, que vomite en la cara de morfeo que no vi correr con el tic tac de mis dedos sobre un teclado.

Aquellos amores que voy dejando en el cajon de los objetos perdidos. Decenas y cientos, quiza miles que no me importan, ya no los siento... Una y solo una es la renuncia que me quema en el pecho, uno y solo uno es el amor que sin probar, con el solo arte de imaginar paladeo en el dolor. una y solo una, quiza mitad de sangre, mitad de alma, mitad de pecado hecho gloria. Uno y solo uno es el amor que me esta jodiendo el dia, y las renuncias, y las heridas, y los fracasos y los amores que voy coleccionando.

Soy un acorde incompleto
menor y desafinado
que va pérsiguiendo notas
sin lograr una cancion,
un rosal de hojas secas
un perfume sin olor,
una pelicula de cine
sin final en el guion...

...sabes a que me refiero.

1 comentario:

eyrenne dijo...

No des por terminada aun la historia que todavia tenemos el mañana.

No pienses que mi silencio es indiferencia porque tu sabes que dentro de mi estoy gritando.

El camino no es facil y un fracaso no es mas que un tropiezo, mira mis rodillas llenas de cicatrices y lo comprenderas.