martes, 17 de mayo de 2005

No esta vez

Esta vez no quiero hablar de ti. Si prefieres marcharte la puerta... la puerta? cual puerta? nunca hubo una. Puedes cruzar la nada que nos une y yo en silencio mirare hacia otro punto de este silencio. El tiempo me parece muy corto para olvidarte. El universo es una sombra que cruza los mil rostros tuyos que se hacen llamar particulas. Del mundo ni que contarte, es tan pequeño como la cama donde juego a desnudarte.

Pero no levantare su falda, no hare figuras con mis dedos sobre sus piernas, no eludire el camino hacia el vertice del pecado, porque ni siquiera estare cerca de su pecho. No mordere sus labios, no te buscare dentro de sus ojos, no cruzara mi lengua por su espalda bebiendo la sal ni devorando sus gemidos. Esta noche no entrare por sus piernas aprisionando su deseo con mis manos, no aprisionaran mis labios sus pezones, esta noche no le pondre tu nombre, ni fingire que eres tu quien devora mi cuerpo.

Esta noche no terminare mi carta contandote un secreto. No te odio, no te amo, no te necesito. No recuerdo tu calido abrazo, no busco encontrar tu cuerpo, no desvanesco el aire respirando tus suspiros. No hay mas de mi pecho que salga a quebrarme la vida, a arañarte el corazon y alejarte por defecto. Esta noche no escribire lo que me sucede mientras un cosquilleo invade mi cuello y tus palabras no se sumergeran en mis oidos. Los susurradores entran en mi mente quitandote la dictadura de mi pensamiento.

¿Susurradores? Sí, las voces que me hablan despacio y dictan aquello que te digo, lo que escribo y peor aun, lo que siento. Ellos estan hechos un lio, son carne de buitres, soldados muertos que cobraron vida y exigen llevarme. Ellos tienen sed de sangre, pero yo no bebo sin permiso, hare canibalismo intelectual conmigo mismo.

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