No es valido despotricar
contra los embistes del destino
ni hacerle corte de mangas al olvido
ni olvidar los pingües monumentos
que levantamos entorno al orgullo malherido...
Pero no quiero eso
los adjetivos malintencionados
son caricias para el ego.
Cuanto más lastimado estuviese tu cuello
más saliva escurrirá mi cerebro
te quise, cuanto pude
te tuve, cuanto quise
te adore, media hora cada día
Y aunque las sábanas no siempre
fueron de mágicos pases al cielo
-habrá que darle crédito a la verdad
en honor a la tristeza-
nos queda la tenencia del placer
de no haber desperdiciado
ninguna buena erección.
Si algún daño cause, no fue por ti,
emprendo viaje prolongado
hacía la redención de mis pecados.
Ojalá que un día el alba
me acicale el alma con esos besos
que solo ella sabe dar.
Y a ti, que te vaya bien bonito...
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