domingo, 21 de febrero de 2010

Al final del día
Con las manos vacías y blancas,
de espuma y amargura,
¿Qué hice? ¿En qué ansiedad ahogue la sed?
Como una honda gélida que atraviesa pulmones marchitos
no tengo deseos, ansias, sueños, ni evocaciones difusas.

El insomnio es un perro negro que me ladra desde la cama.

2 comentarios:

Arya dijo...

Me gusto esa ultima linea! Solo no olvides que a los perros.. asi sean negros.. se les puede domesticar ;)

Saludos.

Morbo dijo...

este creo que tiene rabia, nada que un chapuzon no arregle =)