jueves, 10 de diciembre de 2009

Invierno

Hace tanto frio aquí en mis manos
golpea el viento con tanta vehemencia la ventana
que me siento un personaje atrapado
en un cuento de Poe, correteando cuervos
y tapizando corazones con la esperanza incierta
de que se callen de una buena y jodida vez

Están lloviendo gotas de sal en el calcio de los huesos
el cielo se cae a pedazos, gotas cayendo a trompicones
dentro de la piel surge el llanto postergando el infinito.

Hace un calor seco en mi pernera
dejo que la sabana se impregne
con el aroma y la humedad
que me dejaste en la comisura de los gritos,

Enciendo un cigarrillo, esperando incendiar el mundo
dejaré caer cenizas incandescentes, descuidadamente,
por si acaso el hilo negro de la vida es inflamable.
Una luz oblicua intenta absorberme en el fuego,
todo se quema, las llamas queman los despojos
y dejo que la piel que no te respira
desaparezca con el último remanso de este deseo...

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