sábado, 12 de diciembre de 2009

Desastre

Se veía el humo antes que el fuego
y el ruido precedía de un lugar oscuro
profundamente arraigado en el corazón
o la corteza cutánea de la lógica

y acudimos hacia aquel canto de llanto impostergable
fuimos testigos de la colisión
del fuego, la violencia, del silencio, del horror
prestamos auxilio a las primeras victimas
les dimos aire, vendas, agua, una sonrisa

pero todo fue inútil
los cadáveres dieron vuelta en la pista
bajo las luces entre el humo sobre la música de los silencios
la sangre broto de las heridas
el sub-suelo comió la carroña de sueños

Al anochecer desfallecimos en el intento
no dimos resucitación a la boca de la esperanza
no levantamos las cartas astrales del porvenir tortuoso.

Nos apostamos en una esquina
contemplando el deterioro
dejamos que los muertos siguieran su senda
y después fuimos tras ellos.

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