viernes, 4 de diciembre de 2009

Del verbo to be or kill yourself

En que otro tiempo hubo permanecido la derrota, en la flácida sonrisa de una victoria. Si es que el tiempo verbal esta nublado, no es mi culpa amor mío es que nos han endurecido las temperaturas. Cuando mi sombra permanece abstracta en su manía de tomarme, yo abdico a la vergüenza y me apeo de un instante, pasajero, como yo permanente en las retinas de los dioses. Esos dioses olvidadizos y anecdóticos que nos lapidan con sus tragedias. Perseo, es bien sabido, tenia los calzoncillos demasiado hinchados como para detenerse a reflexionar sobre sus promesas.

La única tragedia hoy en día, es que cada vez amanece todo igual, cada noche cae a los pies de su cruel opresor el sol. Y hay que levantarse, fatigarse, moverse para no secarse, envilecerse, parodiarse, olvidarse. Del olvido selectivo hoy sustraigo una frase: La vida no es forma de tratar a un animal. De la memoria constructiva hay que suponer que cada bala en el cañón fue puesta inequívocamente con la consabida determinación de autodestruirse.

Algo hice mal en el camino. Sigo en pie. Y no hay olvido.

Enciendo otro cigarrillo, el tabaco no es pólvora. El humo no es adiós. Los pulmones no son bodegas. Tengo los dedos rotos pero intactos, que manía tan salvaje de guardarme el alma entre las uñas. Un poema tras otro pedazo de basura estética lingüística tras otro. Los voy formando como soldaditos de cartón. ¿Qué decía el poema aquel? “Al patíbulo todos, bang bang bang, ya tengo otra poesía, como carajos no”.

Estoy escribiendo para no matarme. Aquí y esta noche, pum, se acabo, no va mas. Pero no se confunda mi elección de deterioro como una apuesta por la vida. Es la elección del menos fatigoso de los males. Es más sencillo escupir palabras que tomar mi humanidad y lanzarla por la ventana. No soy pesimista con ánimos progresistas, simplemente soy perezoso. No soy un optimista con animus necandi, simplemente tengo un nudo congestionándome el oxigeno al cerebro y no sé como destaparlo.

Un poema y otros diez, ya van cien. No es poesía son palabras. Tan baratas como un beso, por eso las dilapido sin contemplaciones. Los besos se agotan, el odio se fatiga, el cansancio se revitaliza. Las palabras son siempre eternas. Como la noche y sus luces de neón, podrán opacarse durante el día pero ahí están y así seguirán. Ad nauseam.

Podría esta noche, señor juez, escaparme de la cofradía con la pereza y la muerte para salir a bailar por las calles con un jarrón de cerveza y empinarme la vida en una avenida transitada o peor aun, en las piernas de una prostituta, o mejor aun en el pecho de una puta. Acariciar su vulva y dejarla violar mi soledad. Para que así, por lo menos un momento el suicidio parezca demasiado ordinario al lado de un orgasmo multilateral. (Con las putas los orgasmos por fortuna siempre son bilaterales). O podría, en cambio, divertirme colgando mi cabeza de un precipicio para ver si espanto algún animal de los que llevo dentro y salen huyendo, exorcizados. La tristeza, es un virus que no habita en los muertos pero mucho menos en los asustados. Podría, señor juez, ¿olvidarme que amanecerá y vender la vida por un rato de vino barato y mala música?

Yo creo que no. Seguiré escribiendo. Dos poemas, y otros cien, ya van mil. Es más barato que el veneno para ratas.

4 comentarios:

Anonymous dijo...

divina dualidad, saltar desde un quinto piso o acompañar la soledad con alguna puta dispuesta a una orgasmo bilateral, ahogando la maldita alma en jarras de nectar de cuarto enjuague.

Lo anterior, no me aleja de la idea de vederle mi alma al diablo, siempre y cuando me pague con olvido y una muerte rapida... lo que me detiene es que poco confio en el... (aunque en mi, a estas alturas, confio la nada misma).

PD:
1.-las palabras son eternas, solo pierden contenido y dejan de ser significantes.
2.-todos los dias amanecen igual, pero siempre me falta algo.. no me preguntes que.
3.-cada vez que escribo mato algo de mi... pero yo, no logro morir, que wea no?.

un abrazo, un trago y a dormir.

y no pongo mi nombre por temor a que me encuentre... la vida.

Morbo dijo...

No te preocupes, por aquí la vida no pasa, se queda a dormir con los gatos

un trago, un beso al diablo y a seguir...

y tienes razon, escribir es un acto ante todo destructivo, aunque desgasta no termina con todo

sera que lo que pesa es andar cargando con uno mismo, y no hay lugar donde ponerse.

saludos pues...

Oceanida dijo...

Pues a mi me da que te vacias en cada poema, aunque nunca del todo.

Tu siempre tienes...

Un abrazo.

Morbo dijo...

Nunca del todo, el jarrito se vuelve a llenar... el mio siempre de lo mismo.

Un gran abrazo pa ti.