El prendio una mecha en su gelatina y la hizo estallar en mil pedazos, solo para decorar las habitaciones de su alcoba.
Hizo millones de hogueras en la sombras para calentar sus manos.
Convirtio moleculas en nada, y las hizo tragar materia para hacer mas nada a su reverso.
Hizo rodar canicas porque le gustan los colores.
Tomo un muñeco y lo puso a andar, lo dejo morir para hacerse un ensayo de la existencia.
El se invento historias para irse a dormir, ruido para despertar, destruccion y placer para las noches que lo dejaban desvelarse.
Puso trampas mortales para olvidarse de su inmortalidad.
Nadie lo entendio, nadie comprendio... solo estaba jugando, ¿para que tanta maldita queja?
Corrio a las faldas de su madre y señalo sus juguetes interactivos, hacian mucho escandalo, ella lo recogio todo y lo lanzo al cesto de basura... los pequeños gritaron: ¡Armagedon! ¡Armagedon!. Pero el no entendio, se echo a dormir pensando, como se veria su alcoba tapizada con nueva gelatina.
4 comentarios:
Sería buen experimento hacer estallar gelatina en mi habitación, no sabia que al niño le gustaba la decoración, o es el desorden?
;)
basciamente lo mismo no?
un saludo mi estimada eyrenne.
nada uno mas en los archivos psiquiatricos...y es que nadie entiende a los ninos...menos mal que existe la posibilidad de aparcarlos...todos tranquilos!!
saludos
entre niños y dioses te veas Zid.
un abrazote.
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