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Beberte,
poco a poco,
y tambien a sorbos.

Beber,
de las gotas que se te caen de los ojos,

de las que te arranca el cansancio,
de las que te salen de la frente
y se mueren en un pañuelo,
de las que lloran tus ojos.

Beberte desde los dedos,
desde los misterios,
desde el cabello que mojas,
de lo que mojas cuando me mojas.

Beberte la sangre por la boca,
beber de tus piernas abiertas
el manantial que me humedece.

Beber de tus venas cortadas,
de tus rodillas talladas,
de tus dedos cocineros accidentados,
beberte cuando encajes tus puñales
en mi espalda.

Beberme tu saliva cuando gritas,
tus palabras cuando callas,
beberme tus suspiros cuando bostezas.

Beberme tu lengua,
cuando me muerdas el pensamiento
para saber en quien pienso.

Beberme tus caderas cuando te alejas,
tus pasos cuando vienes.

Beberme tu vida por los ojos,
por las manos, por la memoria,
por el olvido.

Beberme tu cuerpo en copas de pecado.