domingo, 20 de noviembre de 2005

Ojos de vidrio

No asumo por imposible,
un lejano temblor batiente,
de tus pasos destruyendo
el silencio que me rodea...

no me enredo
en las sabanas de cualquiera,
desde que cualquiera
se parece tanto a ti,

no le vendo la sonrisa a la espera,
ni en plazos fijos
ni en renta congelada de por vida,

no luzco mi suicidios en buhardillas,
desde que al filo del abismo
los sueños se fugaron
con otro iluso menos pensativo.

Como por fin vi tus ojos,
juro que no miento por escrito,
el sol se muere en todas direcciones,
y en cada esquina nace una ilusión tuya

como un prisma asesino
que me pone mortales trampas
en todos los rincones que
se me llenan con tu ausencia.

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