Toma su cabeza y corta al centro
justo en medio de los ojos
entre la ceja y la duda
entre la boca y las cenizas
entre la garganta y las pesadillas.
Esta mierda no se sumerge con vos
te sumerge a vos y luego te olvida
no hay escaleras rumbo al cielo
ni jaurías hambrientas en los pastizales
solo el estertor del silencio
la rubrica de la muerte en los pechos de los ángeles
un orgasmo atorado en mi boca
recortes de diarios en mi cabeza
cuando sueño, sueño que soy la bestia perseguida
cuando persigo, persigo un sueño de bestia cazada
Abre su tórax con un grito
araña el alma, escupe el corazón,
retuerce los riñones, pinta de amarillo ese pulmón
revuélvele las tripas con una sopa de verdad
vacíale las costillas, encájalas en su diario misógino.
Esta madrugada no tengo tiempo para escribir
la lluvia se avecina, una vecina se desnuda
un lobo vegetariano me esta viendo la cara de pepino
se oye el rumor por las coladeras
están invadiendo mi soledad
los dos mil demonios del hambre
y el esfínter de la poesía se entrega sin remitente
al negocio podrido de lo cotidiano.
Recoge las partes, sin perder detalle ni una pizca
quema todo en la pira de los sueños rotos
limpia bien las mesas, regala su ropa a un vagabundo
deshazte del cadáver, cómelo en trozos.
Desparece toda evidencia y sal a la calle
Sonríe. Es sólo otro poeta muerto.
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martes, 9 de marzo de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
Dar pelea
Es poco mas de medianoche
poco menos que el fin del mundo,
para qué contar el tiempo,
-para no contar las heridas
dice el gurú de las cuentas falsas.
Esta habitación sin pánico
almacena sudor en las grietas
y el ladrillo colecciona olvido
que sumerge en la comisura de mis arterias.
Para qué hablar del tiempo
y de grietas en el alma,
-para no hablar de las llagas
que nos están colmando las coronarias
de piedritas y cenizas, de raíces podridas,
dice el gurú de los infiernos mutuos.
Me visto con el traje de madrugada
lo voy remendando con las palabras
que ya no escribo, pero que dejo
enclaustradas en algún lugar de la garganta.
Salgo a la calle presumiendo mis colmillos.
Los demonios se abalanzan sobre mí,
yo sonrió, y cierro los puños.
El futuro es una bestia que embiste al descuidado.
poco menos que el fin del mundo,
para qué contar el tiempo,
-para no contar las heridas
dice el gurú de las cuentas falsas.
Esta habitación sin pánico
almacena sudor en las grietas
y el ladrillo colecciona olvido
que sumerge en la comisura de mis arterias.
Para qué hablar del tiempo
y de grietas en el alma,
-para no hablar de las llagas
que nos están colmando las coronarias
de piedritas y cenizas, de raíces podridas,
dice el gurú de los infiernos mutuos.
Me visto con el traje de madrugada
lo voy remendando con las palabras
que ya no escribo, pero que dejo
enclaustradas en algún lugar de la garganta.
Salgo a la calle presumiendo mis colmillos.
Los demonios se abalanzan sobre mí,
yo sonrió, y cierro los puños.
El futuro es una bestia que embiste al descuidado.
jueves, 21 de enero de 2010
Cuando pienso en la muerte
Cuando pienso en mi muerte,
decía Charles,
“pienso que alguien te hace el amor”
Cuando pienso en mi muerte,
en cambio,
pienso en un baño sauna
de amplísimos corredores
en vapor amarillento
y dos fantasmas copulando por las noches.
Pienso en una revuelta en el cielo
demonios tomando por asalto las nubes.
Pienso en carreteras saturadas
de cadáveres autoestopistas.
Pienso en la sabana de tu cama
desprendiéndose de tu cuerpo
y una mano incorpórea acariciando tu cabello,
pienso en ojos rodando por tus lagrimas
-y no al revés-
cuando pienso en la muerte
imagino tumbas vacías
y criptas concurridas por latas de cerveza
ceniceros consumados y bailarinas exóticas...
Cuando pienso en mi muerte
no puedo sacudirme viejos mitos,
tampoco me resigno.
decía Charles,
“pienso que alguien te hace el amor”
Cuando pienso en mi muerte,
en cambio,
pienso en un baño sauna
de amplísimos corredores
en vapor amarillento
y dos fantasmas copulando por las noches.
Pienso en una revuelta en el cielo
demonios tomando por asalto las nubes.
Pienso en carreteras saturadas
de cadáveres autoestopistas.
Pienso en la sabana de tu cama
desprendiéndose de tu cuerpo
y una mano incorpórea acariciando tu cabello,
pienso en ojos rodando por tus lagrimas
-y no al revés-
cuando pienso en la muerte
imagino tumbas vacías
y criptas concurridas por latas de cerveza
ceniceros consumados y bailarinas exóticas...
Cuando pienso en mi muerte
no puedo sacudirme viejos mitos,
tampoco me resigno.
viernes, 15 de enero de 2010
don’t give up
Observo la pagina en blanco
pero no me rindo,
le araño el vientre plano plasma
y le soplo al oído una indecencia...
He borrado todos los párrafos que escribí hoy,
quince en total que empezaron diciendo:
“te lo dije mon petite, el chanson de hoy
no te hablara de amor”
Luego pienso en ponerme serio
y reservarme el derecho de admisión
en el diccionario de mis entrañas, on line
y puesto en marcha
por pura autoflagelación.
Y así elaboro una lista con el nuevo orden de ideas:
Hoy no diré piedra, diré bombón
hoy no diré dolor, diré apagón
hoy no diré amor, diré helado de frambuesa
hoy no diré tristeza, diré barba azul
hoy no diré alma, diré pantalón.
Me elaboro un buen poema,
no insistas mon petite, ya te dije que no te hablare de amor.
“Mil bombones lapidan mi cabeza
me siento presa de este apagón,
tendré que encender una vela,
para así ponerme a soñar
tu helado de frambuesa,
un cacique de tiempos blandos
se largo con el señor barba azul
-capitán de mis siete océanos-
a un lugar, donde siempre entro sin pantalón”.
Estornudar palabras es sencillo,
cómo carajos no,
solo basta encontrarle la ventaja
a esta manía de hablarte sin cortesías
codificándote la verdad,
para que no te enteres, que esta vez
mi noche se puso azul.
pero no me rindo,
le araño el vientre plano plasma
y le soplo al oído una indecencia...
He borrado todos los párrafos que escribí hoy,
quince en total que empezaron diciendo:
“te lo dije mon petite, el chanson de hoy
no te hablara de amor”
Luego pienso en ponerme serio
y reservarme el derecho de admisión
en el diccionario de mis entrañas, on line
y puesto en marcha
por pura autoflagelación.
Y así elaboro una lista con el nuevo orden de ideas:
Hoy no diré piedra, diré bombón
hoy no diré dolor, diré apagón
hoy no diré amor, diré helado de frambuesa
hoy no diré tristeza, diré barba azul
hoy no diré alma, diré pantalón.
Me elaboro un buen poema,
no insistas mon petite, ya te dije que no te hablare de amor.
“Mil bombones lapidan mi cabeza
me siento presa de este apagón,
tendré que encender una vela,
para así ponerme a soñar
tu helado de frambuesa,
un cacique de tiempos blandos
se largo con el señor barba azul
-capitán de mis siete océanos-
a un lugar, donde siempre entro sin pantalón”.
Estornudar palabras es sencillo,
cómo carajos no,
solo basta encontrarle la ventaja
a esta manía de hablarte sin cortesías
codificándote la verdad,
para que no te enteres, que esta vez
mi noche se puso azul.
miércoles, 6 de enero de 2010
No man, no poetry
Escribo cuando oscurece
cuando no estoy muerto
tomando impulso del invierno
antes que la primavera joda.
Escribo para no olvidarme
de tus besos asesinos,
del sudor avinagrado en las persianas,
del zumo de tus labios verticales
haciendo sismos en mi frente.
Escribo para poder hablar,
eso que no te cuento
eso que mi boca no sabe
pronunciar, para escarbar
en la fiebre de mis dedos.
También escribo para no matar,
para no matarnos,
para no asesinar a un hombre o un conejo,
para no ladrarle al subterráneo
o guisar caracoles en las arterias
de un payaso.
Escribo para escapar de mí,
y de ti, y de ellos.
No tengo metáforas, ni arte
no tengo silencios, no tengo voces,
no tengo armas, ni tengo razones
no tengo excusas, no tengo escafandras.
Sólo soy esto, sirva de descargo,
sólo soy el polvo de tus tacones.
Ni hombre ni poesía, diría Sabines.
cuando no estoy muerto
tomando impulso del invierno
antes que la primavera joda.
Escribo para no olvidarme
de tus besos asesinos,
del sudor avinagrado en las persianas,
del zumo de tus labios verticales
haciendo sismos en mi frente.
Escribo para poder hablar,
eso que no te cuento
eso que mi boca no sabe
pronunciar, para escarbar
en la fiebre de mis dedos.
También escribo para no matar,
para no matarnos,
para no asesinar a un hombre o un conejo,
para no ladrarle al subterráneo
o guisar caracoles en las arterias
de un payaso.
Escribo para escapar de mí,
y de ti, y de ellos.
No tengo metáforas, ni arte
no tengo silencios, no tengo voces,
no tengo armas, ni tengo razones
no tengo excusas, no tengo escafandras.
Sólo soy esto, sirva de descargo,
sólo soy el polvo de tus tacones.
Ni hombre ni poesía, diría Sabines.
sábado, 21 de noviembre de 2009
Consejo número seis
Fui a ver al gurú de la poesía para instruirme en el sano arte de reconstruir la realidad. El me lanzo a la cara su consejo numero seis: “elimina los remordimientos personales”. Y allá voy, o lo que es igual, no sé que carajos hago:
-Me gusta calcinar ciudades con la mirada
Prender nubarrones bicolores de humo y llamas
Sin distinguir ciudades grises, ruidosas o elegantes
Callada o muerta, viva en sus venas de gente
Atrapada // psicodélica // postraumática //
Yo le prendo fuego con mis ojos incandescentes.
Me gusta viajar por países solariegos
Y hacer un altar de cenizas al dios del trueno
Que fluya sangre roja machacante por sus calles
Ahora que estoy en casa, y los recuerdos me llenan la cabeza
de telarañas incendiarias, ando mirando en los rincones
para encender la chispa que desate la fiesta
todo es luces y humo, cantos de sirena (pero no de las falsas)
y ulular de pieles consumadas
arde cielo, arde patria, me gusta calcinar los mundos
Para hacer amigos con los escombros.-
El gurú esta contento, la cerilla en mis manos es prueba irrefutable de literatura interactiva. Encendí el baúl de todos mis recuerdos. Los mejores, los más vivos. Alguien vino y les lleno de telarañas, les puso nombres ajenos y un par de lagrimas. Los mismos lugares a los que recurría cuando hacia frio, ahora están manchados con venas explosivas de sangre y una culpabilidad incendiaria. Ver el buen pasado contaminado me destruyo la razón e impunemente asesine los frescos restos de un ayer no resuelto. Ahora solo quedan fantasmas que se arrastran buscando el trozo que perdieron.
Al menos el poema es impersonal. Esto es arte, isn’t it? El gurú mueve negativamente su cabeza, dice no “ni arte ni poesía. Yo le llamaría: empezar a destapar las cañerías.“
-Me gusta calcinar ciudades con la mirada
Prender nubarrones bicolores de humo y llamas
Sin distinguir ciudades grises, ruidosas o elegantes
Callada o muerta, viva en sus venas de gente
Atrapada // psicodélica // postraumática //
Yo le prendo fuego con mis ojos incandescentes.
Me gusta viajar por países solariegos
Y hacer un altar de cenizas al dios del trueno
Que fluya sangre roja machacante por sus calles
Ahora que estoy en casa, y los recuerdos me llenan la cabeza
de telarañas incendiarias, ando mirando en los rincones
para encender la chispa que desate la fiesta
todo es luces y humo, cantos de sirena (pero no de las falsas)
y ulular de pieles consumadas
arde cielo, arde patria, me gusta calcinar los mundos
Para hacer amigos con los escombros.-
El gurú esta contento, la cerilla en mis manos es prueba irrefutable de literatura interactiva. Encendí el baúl de todos mis recuerdos. Los mejores, los más vivos. Alguien vino y les lleno de telarañas, les puso nombres ajenos y un par de lagrimas. Los mismos lugares a los que recurría cuando hacia frio, ahora están manchados con venas explosivas de sangre y una culpabilidad incendiaria. Ver el buen pasado contaminado me destruyo la razón e impunemente asesine los frescos restos de un ayer no resuelto. Ahora solo quedan fantasmas que se arrastran buscando el trozo que perdieron.
Al menos el poema es impersonal. Esto es arte, isn’t it? El gurú mueve negativamente su cabeza, dice no “ni arte ni poesía. Yo le llamaría: empezar a destapar las cañerías.“
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