lunes, 8 de noviembre de 2004

Ni siquiera tu

Ni tu piel blanca de fina espuma
ni esos ojos penetrantes que orbitan tu seno
ni las piernas de incansable deseo
me logran despojar de este sordo escalofrío
que desciende por mi lengua
transformando el licor de mis entrañas
en agua turbia de profundo linaje

tal vez algún día recupere mi alma matter
tal vez algún día regurguite el estilete
pero mientras tanto me fundo en un abrazo
de ilusión lisonjera,
para llenar mi sueño de incansables
mañanas en que tu respiración impregna
de azúcar y miel nuestro pasado,
servirá como angustia y duda
escarbando en tu luminosa ausencia
para restituir en la mañana el nocturno
viaje a tu centro,
lienzo entre mí hoy y mi jamás...

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