sábado, 31 de enero de 2009

Calipso



Quiero contarte un cuento, por si un día miras atrás, por si un día te acuerdas de mi, por si el mundo gira y nos encontramos como navegantes perdidos en las botellas que el mar se lleva a la memoria perpetua. Quiero mezclarte la verdad con los posos que me quedaron; quizá, encuentres incorrecciones, pésimas apreciaciones o datos tergiversados. Quizá nunca vuelvas a navegar por el mar de mi incongruencia. Y te resulte que este cuento no tiene principio ni final y el nudo son sueños que se mezclaron con las pesadillas.

Ojala un día en medio del túnel cuando la luz sea sólo una promesa y las tinieblas envuelvan tu piel, cuando sientas que ya no llueven estrellas sobre tu cabeza... Sepas que puedes contar con mis alas rotas y mis colmillos desafilados. Con mi mano que tiembla, con mis piernas perezosas, con mis etcéteras, con mis quizás, con mi sangre, con mi venia maldita, con el uso que el desuso de la conciencia me dio.

Si alguien te hace daño yo siento deseos de arrancarle la piel hasta verlo morir...
Aunque primero deba arrancarme la mía.


El cuento comienza con mi silencio, haciendo alarde de memoria y plagiando lo que siento cuando veo algo que me lleva a estrellarme con tu recuerdo.

"La primera vez que nos besamos sentí que no quería volver a besar otros labios que no fueran los suyos"

1.1

Si un sueño tuve
fue el de tomarme sus suspiros
hasta que el tiempo nos hiciera añicos
restituir sus cicatrices
columpiarme en sus ojos
tomar sus labios con mis sombras
que arrancara mi máscara de tragedia.
Pero si un don me dio el infierno
si una maldición me regalo el cielo
si un propósito me embarro el destino
fue la capacidad innata de joderme
todos los sueños en plena conciencia
de suicida pasivo y asesino de historias.

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