martes, 6 de enero de 2009

Vampireza

Sobre la calle crecen mi sueños, aquí solo tengo ira. Josefina despierta muy temprano y sale a regar mis plantas, les cuenta cuentos que se inventa en el aire, luego recoje su falda y vuelve. Me encuentra dormido y me escupe en la boca, me quita la pijama y comienza a chupar... mi sangre, no seáis mal pensados.

Josefina me odia en secreto pero ella no lo sabe, cree que no siento su baba resbalar por mi frente. Incluso, puede que piense que cuando me mira y sus ojos se encienden, es amor lo que transmite. Pero yo no me engaño, se muy bien que la rutina le acomoda, que hacer crecer mis sueños en la calle le acongoja pero no repara en ello. Sé que su afición es alimentar mi ira.

Un día amanecerá y Josefina se habrá largado cortando de tajo un par de sueños, pisoteando otros, dejara una carta donde al fin confiese que mi sangre al entrar por su boca le hacia hervir sus venas. Puede que al fin se de cuenta que hace muchos meses que yo no despierto. Que empezó a regar las plantas la misma mañana que me encajo su cuchillo carnicero en el pecho. Y que el mal olor, no era porque tapiamos todas las ventanas. Que el frío que sentía a mi lado no era por el amor transformado en costumbre. Que mis labios no reaccionaban a su saliva por erotismo.

Pero Josefina es despistada, tardara unos meses mas en darse cuenta de todo.

No hay comentarios: