viernes, 21 de noviembre de 2008

Bien, ya que estamos aqui ejerzamos el oficio de incordiar. Faltn 15 minutos para que pase el tren que me arrolle y en un lugar tan vacio como este, y tan lleno de gente, no hay mucho por hacer. Asi que mejor les contare una historia, una historia pequeña y sin final. Tampoco tiene inicio y ni siquiera se de que va a tratar. Pero si no lo hago tendria que despedirme y esas cosas no van para mi. Lo mio es relatar, narrar, chismear un poco pa' que me entiendan. La historia sucede lejos de las urbes, en alguna planicie desolada (si, si, como la estacion) y en medio de ella solo se oye el sonido del viento y algun crujir de arboles

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