martes, 24 de noviembre de 2009

Amiga mía, mon cherie

Amiga mía, me estoy buscando la poesía en el bolsillo
yo pensaba que hacerla era tan simple como sudar
-tres vueltas a la cuadra y tendrá usted un soneto-

y para evocarla bastaba con tronar los dedos
o quitarme la chistera
que cerrando los parpados y tapiando las ventanas
un tipo cualquiera era capaz de atrapar mariposas con la lengua
yo pensaba que esto era rutina,
que la ceniza en sus remolinos tenía belleza,
yo pensaba que esta sucia habitación
era, sin dudarlo, el rincón más triste del mundo
cuando con una bocanada de oxigeno ennegrecido
imploraba a todos los demonios del sub-suelo que se llevaran tu recuerdo.

Hoy puedo jurar que aquí no hay poesía
que la gotera es una gotera
que el polvo es tan sólo una imploración a la escoba nuestra de cada día
que tu nombre es un fantasma circunvecino de la soledad
que cuando grito alguna vecina derrama la sopa
que la almohada no es un acantilado y mis sueños no son olas que se estrellan
que los huesos crujen por los años, y el colchón reclama su eterno descanso
que las paredes no están temblando de miedo
y el fondo del vaso no es un profeta,
los doce insectos en torno a mi no son los apóstoles del silencio
que “Lázaro levántate y anda” no funciona con el teléfono cortado
que el dolor del amor no es dolor de verdad, es egoísmo constipado
que los dedos no tienen hambre de palabras tienen sed de clítoris
que la lengua no es viperina, es vitamina estimulante con los insultos adecuados.
Pero sobre todo, que extrañarte no es literatura
que las horas son solo agujas que pasan retorcidas por el ojo del camello
que no hay un soleado poblado deshabitado por el que
tu voz no pase zigzagueando entre la oreja y el ombligo.

No, esto no es poesía, oh santos poetas de la mierda
he aquí un rincón que no es ni parecido al rincón más triste del planeta
Deus Ex Machina, hágase tu voluntad, he aquí la receta del día:
Sesos al vapor de un poetino (mezcla de poeta y cretino) con salsa verde.

Si, a veces me da por inventarme palabras,
sobre todo cuando no ya no me invento estúpidas elegías.

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