lunes, 9 de febrero de 2009

Nunca se sabe

Estoy pensando en un poema, es un buen poema, que incluso lleva tu nombre.
Estoy pensando en llenarlo de tildes, en armarle una gramática decente,
Estoy pensando en cambiarte de nombre. Mientras taladro letras en mi mente.
Pero empiezo a flotar, me siento mareado.
Estoy escribiendo en mi cabeza un verso que justifique llamarte a las cuatro de la mañana y colgarte ahí mismo cuando contestas.
Estoy mareado, han sido muchos cigarros, mucho vicio. Realmente estoy flotando.
Me incorporo para ver si me muevo con el mundo o en su contra, no, sólo estoy mareado.
Es mucha ansiedad, mucha desilusión e insatisfacción, mucha desesperanza.
Pero esa está bien, es continua sangre que fluye.
Ya no puedo pensar, ni en poemas ni en tu nombre, casi olvide tu cuerpo.
Son las cuatro de la mañana, es hora de llamarte de nuevo.
Me pregunto si puteas a nombre de todos los dioses, o si te ríes conmigo.
Hay que admitirlo, estamos igual de jodidos.
Estoy flotando. Y tu no levantas el auricular.

No hay comentarios: