viernes, 28 de julio de 2006

Perder la gracia

Esa ira descontrolada que se guarda toda en el vientre,
esa epifanía del control cuando decide ser visceral,
ese grito callado que se muere entre dientes,
esa lengua de fuego rota, carente de verbo y enunciado,
en pospreterito siempre pospuesto.

Ese veneno que te corre la sangre y nada en la carne,
ese anticongelante del alma que vos congelas en la cama.

Ese cómo, cuándo, dónde, con quién, para qué... ya pa'qué.

Esa duda esclarecedora, el vomito nocturno, filosofia del aquelarre.
Esa incognita que explota sin visa ni pasaporte,
ese viaje intramuscular que alivia los riñones...

Esos dedos señalandote, ese grito del espejo "canallajodeputa",
esa risa espontanea del ego, ese ego inflandote hasta el pene.
Esa contradiccion, esa equivocacion, ese genero depravado,
el adjetivo que le cuelgas a tu nombre, por puro gusto
o voto popular... esa poesia sin lugar, que se muere sin hacerse
grande entre las hojas, sin crecer con hambre al dia siguiente.

Eso, eso que perdiste en las apuestas del dia a dia,
del pan pa' hoy, mañana que importa. Eso que mataste
con rutina, que te bebiste sin mirar el mar, sin vomitar sangre
a las paredes.

Todo aquello que le diste de comer a la maldita civilidad...
Todo lo que aprendiste cuando imitaste el arte de los infanticidas,
que muchos deletereos tristes simplones llaman maduros...
Te va a romper los dientes, te va a sacar los ojos por el ombligo,
pondra tus tripas a secarse en media calle, reventara el reflejo
que reflejas en los charcos, te atrapara a media noche y,
con una almohada tapandote la cara, te llevara cargando
hasta el infierno con tus neuronas escurriendo las aceras...

¿Y seras feliz? ¡Ah!, pobre imbecil.

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