sábado, 24 de septiembre de 2011

guitarras inútiles

Tengo una guitarra, y no soy músico
que te importan mis pertenencias inútiles
también tengo condones y no me follo a nadie,
un día tuve un corazón y bombeaba cenizas.

Pero la guitarra se acomoda en la cómoda de mi alcoba
aprisionada por kilos, tal vez exagero, de polvo y silencio.

El único sonido que produce es el eco mi tos nocturna,
que no suena tan desafinada,

una guitarra tísica y muda
me recuerda las letras apelmazadas en mi cabeza
que no producen sonidos, ni articulan ideas
ni gimen en gritos, ni imploran perdón, ni piden castigo
ni exigen silencio ni claman victoria, ni vitorean la derrota,
ni siquiera pretenden salir,
tan solo flotan en los almacenes de mi mente.

En fin, que tengo muchas cosas apelmazadas
estorbando y ensuciándose, sin función alguna,
como el amor, como los recuerdos, como los sueños,
como las ganas

tal vez exagero,

pero necesito una mucama que venga a tirar
las cosas inútiles y las cosas pasadas,
perdona si un día te encuentras en el basurero o en la cañería
las mucamas no saben de respeto por los amores muertos
repito, tal vez exagero.

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