Obtuve de la luna un presagio:
la marea alta será de chocolate amargo.
Estiro mi báculo mágico (el dedo medio disidente)
y una pandilla de libélulas se detiene en tus pestañas,
luego vengo a romper una línea; de aquí para allá
aspiramos un sueño, de allá para acá te regalo un pulmón
el derecho, porque el otro esta empeñado,
y un mosco suicida se lleva por delante las plegarias,
con la sangre fría y su cordura.
Septiembre sostiene una promesa:
no hay lobos en el páramo, a todos se los llevo la rabia.
Tampoco hay luces en el camino de la trampa,
ni vela mágica ni lámpara de aceite ni una voz melódica
guiandonos a través de la oscuridad.
Solo queda tu grito que se pierde en un orgasmo subrogado
y un suspiro, que se va por la nariz de los fantasmas,
esos que no tienen duda en venir a plantar voces
en los armarios de mi estabilidad engañosa
solo queda, tenlo por seguro, la soledad catatónica del otoño.
2 comentarios:
....pero somos un par de soledades muy concurridas...
Nadie entiende mi silencio mejor que tú.
Un beso profundo como tu alma y un abrazo en todo tú.
Una vez alguien me dijo "vivir de contrabando, morir por la gracia de una verdad disuelta... "
Amen.
Veo hay luz en tu horizonte... :)
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