martes, 14 de junio de 2011

Luz, oscuridad y gatos pardos

Abro la ventana y escupo una mirada, la ciudad parece negra y serena, hoy esta más oscuro que de costumbre. Será que la luna se escondió detrás de las faldas de madre tierra, avergonzada por tragarse un conejo.

No idiota, me dice la voz en mi cabeza, es la luz de tu recamara que empaña las dulces sombras. Un asunto sucio de la luz y sus misterios.

Curiosas trampas que mueve la luz, será por eso que el mundo cambia de forma y de estado según la visión y el tipo de nuestras miradas, qué se yo, de física no entiendo y de metafísica no lo intento. Soy como los gatos, me muevo entre rincones buscando las sombras porque así me hizo el diablo.

Hoy que fue domingo dormí todo el día, hay mucha gente en las calles, gente tan normal que me resulta molesta. Quizá hasta me aterra un poco. Yo debí nacer gusano, para reptar subterráneo ad eternum.

Pero ya no tengo nada bueno que hacer con mis desvelos, ahora que no escribo siento que he traicionado al tipo que pasaba las noches dirigiendo e infiriendo palabras, ahora que estoy tan solo ya solo sueño con los libros que no escribo, ahora que no me siento triste no encuentro formas de entenderme con la alegría. Incompatibilidad dice la almohada.

Abriré la ventana, por si una vecina se asoma y por casualidad olvida ponerse el camisón. Que para mirar un par de tetas traslucidas, no hay oscuridad que se resista.

2 comentarios:

TruHan dijo...

en fin camarada... cuando la distimia del alma rompe la carne para tomarse las entrañas, no nos queda mas que reptar entre la oscurida de la nada y el sublime destello de una botella de licor.

sin mas, un abrazo y un salud..o

eyrenne dijo...

Quizá sea hora de abrir ventanas nuevas, en una de esas el horizonte no se veria tan mal.