domingo, 11 de abril de 2010

6

No se de donde viene esta manía persecutoria. Que me hace dar saltos en la cama cuando estoy durmiendo. Y me provoca espasmos en el estomago al sentir una brisa fuerte. Escucho graznidos de buitre en cada ocaso. Qué me pesa en los hombros cuando escribo, por ejemplificar solamente, un verso anestésico.

Los versos anestésicos son aquellos crujidos que me lanzan de cualquier lugar, sin importar el tiempo ni el espacio, a una pluma y un papel.

Sera quizá que me lo gane por contagio. Tanto tiempo huyendo de las cochinas rutinas tradiciones y costumbres, que en cada esquina siento que hay un espía de esa mafia violenta y turbulenta de los depredadores de la libertad, y el libertinaje que tan mala fama tiene. Le juro doctor, me cortaría las venas y haría con ellas una liana para bajar al mismo infierno. Como una Rapunsel sociópata lanzandole sogas a Belcebú, así parece esto de hundirse precisamente en los fangos mas inadecuados...

Sin embargo, hay algo demasiado turbio en todo esto. Algo insano que me mantiene despierto en las noches, algo intrínseco en el fracaso diario que hay que tragarse para seguir la cuenta corriente del mundo. Algo fugaz, algo sucedáneo. Algo pesado y negro que no me permite estar tranquilo con mi soledad. Sera que estoy cayendo en una trampa, y he convertido el caos en una ridicula rutina. Escapar siempre de cometer los mismos errores para decir “no lo vi venir”, ajusticiar la fe con las mismas certezas, construir predeterminadamente las mismas omisiones. Es una forma de hacer cada noche lo mismo. Y cada mañana su subsecuente igual.

Who knows? Quizá mañana me case contigo morena. Para cambiar de táctica, y combatir al enemigo desde su pinche trinchera. O tal vez simplemente me encierre en una mazmorra, que no haya luz, que no haya gente.

2 comentarios:

Arya dijo...

Que te digo.. pensar castra. Disculpas si repito.. pero castra.

Me encanta tu autoanalisis.. no cambies esta tactica ;)

Morbo dijo...

si, pensar es un mal habito... que usualmente me sucede mientras estoy despierto...

no la cambiare... sera mi estrategia ad vitaem