lunes, 3 de mayo de 2010

Con-vencidos

Me gustan las sombras pa' sentarme a mirar el mundo... Aunque se me revuelva el estomago y me atosigue de cosas que no consigo decir por no encontrarle utilidad al debate... La gente se encuentra sometida a una sangrienta batalla de valores y deferencia, calcinándose por los intestinos y la educación. Entre moral y acción ya solo media el estado de animo. Lo único victorioso en el mundo es el prejuicio. Cada cual apuntando al otro y gritándole en la cara lo equivocado de sus acciones.

Izquierdosos y derechosos, creyentes y ex convictos del credo, ateos paganos y practicantes contraculturales, ciencia agnóstica y religión cognoscitiva. En este mundo ya vemos de todo.

Entre esas raras sesiones voyeristas y de contra cronista reprimido me da por descomprimir mis sesiones internas de amor que siempre tira mas pa' lado de la perversión... Aunque tanto me cuido de volverlo impersonal, al menos en mi fuero interno, que cada poesía es ya una crónica del desahucio estomacal-sentimental-paranormal que nos tiene tiritando de fuego en esta noche solitaria y clara.

La soledad es una respuesta inquisitiva e inconsciente hacia la nube gris que se cierne sobre las bases donde cada hombre se ha creado, a imagen y semejanza de su propia arbitrariedad. Mientras más cercano estoy al hombre más cómodo me siento con la imagen de Crusoe dándole corte de mangas a los barcos que lejanos pasaban. Él no hizo eso, pero lo pensaba, se que lo pensaba.

Cómo pertenecer a una masa informe que no comprendo. Tomar bando es desvanecer el preciado don de la duda. Los caminos prefijados y seguros, los hombres esclarecidos, las ideas profundas y culminantes no merecen atención, no hay aventura en ello. Quién puede vivir sin el placer de poder equivocarse.

Me gustan las sombras pa’ sentarme a no mirar el mundo. Y que mi estomago se tranquilice y que la gente ruede por la pendiente del sentido común y sus convicciones. Me gusta sentarme a tu lado. Sos el último ser vivo con quien puedo identificarme, al resto de los que creí parte del mismo naufragio, no los entiendo, ni los comprendo y ya casi ni los observo. Tomaron partido, se convencieron. Con ellos no camino yo.

Que viva la duda, la inquietud, la pulcra sensación del abismo. De la soledad desentrañada. Los apátridas, los vagabundos, los que desayunan con Dios y brindan a la salud del Diablo. Los infieles, los que traicionaron al partido, los que festejan el gol de todos los equipos, los que aun tienen miedo, los que asustan a los que no lo tienen. Tu y yo, la noche y la cerveza… Esa espesa señora oscura. Un evangelio que esta por inventarse: el salmo perdido de la cebada. Un manifiesto que publicaremos en cada beso: “No lo sé” –la maldición de la certeza-.

Pero hay que vadear el mar de gente. Salir al paso, cruzar el día. Avanzar por la encrucijada de las pertenencias, ser voz y voto. Rezarle a las matemáticas para que cuadren las cuentas. Caminar convencidos, ¿o quise decir con vencidos?

“La soledad no te enseña a estar solo, sino a ser único” EMC

1 comentario:

Arya dijo...

A ver.. por dondo empiezo: tu manera de escribir siempre tan envolvente, oscura y claramente cautivadora!. Tu manera de ver tus sentidos y sentimientos desde afuera... uff Mr. Morbo.. ni te digo.

Y sobre el mundo y sus mundos.. si algo he aprendido disfrutando de el en compañia y sola... es que es mundo al fin. Nada cambiara porque a uno le gustaria que cambie... el cambio viene de uno mismo primero.

Aumento a ese ultimo refran querido amigo... que lo que mejor enseña la soledad a ver.. es a uno mismo.

Ademas.. nadie esta solo en este mundo.. por mas intentos que se haga... Asi no este.. estoy ;)


Saluuuuuu.. es viernes, uyy q serios!!!! Abrazotes :)